Políticos, razas, paises, religiones, provincias, barrios, formas de hablar, estudios, vestimentas, melodías, ideas, deportes, resultados y un eterno etcetera son algunas de las categorías que nos dividen los unos a los otros.
Que por negro, que por nazi, que por judío, que por no tener un título, que por haber perdido, que por ser aburrido, que por no salir el sábado, que por que te dejás estar, que por que sos un cagón, que por vestirte así y que por asá.
"Yo acá y los de tu categoría por allá."
Las categorías nos separan a los unos de los otros. No pasan ni 10 minutos de charla con alguien que, en cualquier momento, agazapadas, las categorías están listas para demostrárnos lo diferente que podemos ser de las otras personas. Todos y absolutamente todos somos diferentes, pero coincidimos en una sola cosa, todos somos humanos y, como tales, necesitamos humanizarnos. ¿Cómo se humaniza a un humano? Tratándolo como un par. ¿Cómo se logra? Quitando las diferencias y sabiendo que tanto el colectivero, como el verdulero, como el kioskero, como la modelo, como los deportistas, como los ladrones y como los curas, son humanos. Humanos como uno.
La pregunta que me surge es la siguiente:
¿Qué valores consideran importantes en una persona para darle valor como ser humano?